De cero

Lo que me maravilla de la generación a la que pertenezco es la delicadeza insoportable que desprende su comportamiento.

Generalizando, que es gerundio, la mayor parte de la juventud nacida en el falaz "Estado del bienestar" lo quiere todo fácil, sencillo, indoloro y barato. En los estudios, en la vida, en las relaciones personales.

Yo, como ente sin corazón no hablaré de experiencias personales, sino de conductas que observo a mi alrededor. Gente sin voluntad, que lleva con orgullo el relativismo y la vagancia.

Lo que esconde la mayoría es una falta sangrante de personalidad.

He vuelto a machacar el teclado con los dedos con mucha mala intención, a pesar de mi paz interior. Me he visto tan realizado y tranquilo, que no tengo ningún inconveniente en reconocer a los capullos y gilipollas que lo son.

He estado escribiendo en papel y en el aire una semana y pico en la que un virus me ha reventado todos los recuerdos digitales de los últimos 8 meses.

Me da igual. No han sido los mejores momentos de mi vida, y formatear el disco duro, limpiando de mierda mi memoria, puede ser la mejor manera que el ordenador vaya volando. Obviamente es una metáfora.

A partir de hoy borrón y cuenta nueva. No voy a dedicarme a recuperar todos los programas e historias que antes tenía almacenados.

Mi madre , que es muy sabia, dice la frase que me motiva a diario:

"Mirar para atrás, ni para coger impulso."

Ni por ella miro yo al pasado... No tiene nada que ver con este blog, pero la belleza, hasta donde yo creo, no necesita ningún tipo de justificación para ser exhibida.

Amén.