Día extraño

Son las ocho y media casi del día del Carmen y me encuentro comiendo Kellogs a puñados viendo la tele con una manta que cubre el sencillo look de calzoncillo y camiseta que he elegido hoy todo el día.

Tengo mono de agua como un yonki de un chute, y algo le ha pasado al socio que me lleva generalmente a explorar la costa. Mala cosa. "El número al que llama está apagado o fuera de cobertura en este momento". Mierda.



Sigo contando los días que me quedan para ir a Supertubos. Principios de agosto.



Por primera vez en mi vida me he enamorado intelectualmente. Gracias aburrimiento por haberme hecho bucear en este blog.



Me voy a duchar y a afeitar. No, mejor afeitar no, que tengo así más sex appeal.



Ahí os quedáis. Yo me voy a buscar las esencias de Paquistán a casa de un amigo. Y conmigo se viene el Coto del 2004.

El rapado es una forma de suicidio. Si lo miro así, desde hace una semana se me pasa por la cabeza quitarme la vida todos los días.