lunes, 16 de julio de 2007

¿Only locals? Depende.


Por razones de logística a las cinco de la tarde de hoy estoy todavía en dique seco.

Seguramente dentro de cinco o diez minutos tenga que vestirme y coger los bártulos para ir a pillar olas a un nuevo pico que hemos descubierto en el oriente asturiano.


Meanwhile voy a hacer un alegato en contra de la gilipollez reinante en el mundo del surf. Comencé a cocinarlo ayer de madrugada, pero a pesar de tener un texto decente lo borré con los párpados entreabiertos. Cosas de tener el horario totalmente cambiado. Lo de desayunar con tres cervezas, un bocadillo de bacon con queso e infinitos cartones en el bingo Cervantes es a pesar de todo una experiencia. Menos mal que salimos ganando...


Buceo en los foros y páginas de surf y veo insultos y descalificaciones. Unos apuestan por "Locals only", mientras los más hippies enarbolan la bandera de "el mar es de todos".


Los primeros son probablemente los más molestos, intimidadores y tocahuevos en definitiva. Son un grupo de tontos que o han tenido la suerte de vivir enfrente de una ola espectacular o simplemente en vez de asimilar la paz que el mar conlleva, son adictos a los golpes.


El segundo grupo engloba a las excursiones de ilusos que van de playa en playa, la mayoría de las veces entrando con menos de medio metro, y que como han visto en vídeos spots como Mundaka, se meten al agua como Pedro por su casa sin ningún tipo de consideración y respeto.


Afortunadamente, desde un punto de vista que, lo reconozco, puede pecar de excesivo optimismo, creo que la mayoría de la gente se encuentra en algún lugar en mitad de estos dos extremos. Somos aquellos que reconocemos los derechos de chavales que están entrando en invierno, aguantando frío y temporales todo el año en su lugar de residencia, para que cuando las condiciones sean óptimas lleguemos "los de la ciudad", habiendo mirado las previsiones para todas las playas previamente en internet, y les petemos la zona.

Somos esa gente que nos gusta conocer sitios, y dar a conocer el nuestro. Tenemos spots secretos, como todo el mundo en el litoral cantábrico, pero in extremis si hay que compartirlo lo haremos de buena gana.


Como todo en la vida, si se siguiesen una serie de normas no habría ruedas pinchadas, coches rayados, agresividad en el agua, etc.


1- Si llegas a una playa que no es la tuya, por mucho mono que tengas observa con calma el modo de comportarse de los lugareños antes de entrar. Ya se sabe que "allá donde fueres haz lo que vieres".

2- Si tienes dudas de como van las cosas en el lugar, pregunta. Es mejor estar sobreaviso que meter la pata.

3- No saltes olas.

4- No dejes olas sin coger que eran claramente tuyas.

5- Diles a los locales la suerte que tienen, lámeles un poco la oreja, aunque sean malos, e incluso harás algún coleguita.


Con estos cinco puntos la gente que vive de esto y para esto convive. ¿Por qué no lo pueden hacer cuatro mindundis que desenpolvan las tablas en verano?


Be friendly and ride waves my friend.

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