Así de claro
Mediodía...ya no me quedan más escusas para seguir en la cama. Y es tan fácil como engañarme a mi mismo con que me lo merezco y tal y cual.
Ayer las metáforas en torno a un mismo tema se sucedían a la salida del examen: gran parte de los 600 trataban de explicar como les habían desvirgado el ano de una manera eufemística.
Yo no soy uno de ellos porque para disgustos en exámenes estoy entrenado, pero vamos, que no me llego a acostumbrar del todo.
Para colmo alguien muy aburrido se dedica a predicar por mi antigua residencia que soy gay. Río por no llorar. Una cosa es haber perdido el caché atesorado durante meses (los novatos no me conocen casi, ya no soy el cabraloca del año pasado...), y otra totalmente drástica es pasarme al otro extremo de un tirón. No me molesta, más bien me hace gracia, pero me tiene descolocado la curiosidad...
Voy a ducharme, desayunar y ponerme a estudiar bastannnte. No creo que aguante mucho hoy por la tarde, porque además me están entrando las ganas de ir al teatro hoy. Voy a pensarlo. Si sale, mañana lo cuento.
2 comentarios:
cuando uno sabe que es bueno, no tiene por que molestarse en demostrarlo. Te lo dice un veterano, no de mil batallas, pero si unas cuantas bien libradas, ja ja.
Lo sé. Pero si el mundo tiene los ojos vendados habrá que enseñarles la luz.
Al menos los masones lo intentaban. Deberíamos de fundar una logia independiente.
A ver si acaban estas putas tres semanas y de una vez me pongo yo a batallar como un jabato.
Que se preparen!
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