Hace calor

Son las dos de la mañana y Madrid ha entrado de verdad en el verano. Ya no se puede dormir de noche sin dar millones de vueltas por el calor. Mientras la mente te pide café por las mañanas la sequedad en la boca pide una refrescante cerveza.

Gran contradicción vital, que nos lleva a afirmar que la vida de un estudiante para ingeniero residiendo en Madrid el mes de junio y parte de julio es una absoluta mierda.

Los días pasan lentos y la única motivación para estudiar dentro de las acolmenadas bibliotecas es el mero hecho de estar bajo el aire acondicionado. Casa de algunos durante el año, refugio para otros en la época de exámenes. La verdad, es que sólo sirve para bajar la temperatura.

¿Para aprobar?Esperemos, pero de momento la cosa y los exámenes van al límite. Días y días se pueden esfumar o incluso olvidar dependiendo de la suerte de cuatro horas. Trágica situación.

Yo si algún día vuelvo a nacer quiero que sea como un rico heredero. El típico coleccionista de Picassos y conductor de coches descatalogados que de verdad tiene todo el tiempo del mundo para enriquecer su existencia con cultura y aventuras. Para el resto, nos toca jodernos, para llevar una monótona vida con un sueldo que nos llegará justito para comprarnos una casa, un coche, y seguir alimentando los hábitos consumistas que padecemos nuestra generación.

A todos, mucha suerte, y a agarrar el toro por el pitón.