sábado, 9 de junio de 2007

Padre?




-Buenas tardes padre, como está usted?
-Yo bien hijo, pero creo que has venido a hablarme de ti.

-Efectivamente, pensé en ir a un psicólogo, pero esto me dijeron que era gratis y que usted no podía negarse a concederme el tiempo que necesite. Además, usted no puede decir nada de esto, ni recetarme medicación,…sólo me faltaba a mí coger una adicción.
- Tranquilo hijo, creo que deberíamos empezar por el principio.

-Mejor ir al azar, no sé ni cuando ha empezado la locura. Probablemente hace casi veinte años. El caso es que peco constantemente.
- Creo que la gravedad tendrá que decidirla el Señor.

- Correcto, eso se lo dejamos a él. Resulta que llevo unos días encerrado en mi habitación. Totalmente a oscuras. Estudiando ayudado del flexo, semidesnudo por el ardiente calor que azota la fachada de mi edificio.
- Qué tiene de malo estudiar?
- No se ansie padre, lo que ocurre es que luego soy el tipo más capullo del mundo. Me río de la gente.
- Con malicia?
- Le diría que no, pero para que engañarme a mi mismo. Soy un total desgraciao. El caso es que siempre pienso que la gente se merece la caña que les doy. Por ejemplo: el novio de mi compañera de piso es el tío con la cara de palomo más grande del mundo. ¿Qué puedo hacerle?
- No es bueno fijarse en los defectos de los demás. Tiene él culpa de ser así?
- Es que es o él o dios, y este último quedaría de bastante hijo de puta.
- Santo cielo!! No te atrevas a blasfemar de nuevo en la casa del señor
- L siento padre!! Es que por alguna razón, con el colegueo, me había olvidado de donde estaba.
- Ten cuidado con esas cosas hijo. Puedes dar muy mala imagen.
- Lo tendré padre. El caso era que eso, que no puedo evitar juzgar demasiado a la gente, lo que no define mi trato hacia ellos, sino la risa que me hecho a su costa. Sí por lo menos fuese ecuánime, pero es que juzgo dependiendo del momento no ya a aquellos que objetivamente se lo merecen por primos, sino a cualquiera que se me pase por delante.
- Bueno, supongo que será el estrés de tanto estudio que me cuentas.
- Lo es. Pero es que si me pongo atacado paso a ser agresivo. Ha visto usted Danny the Dog?
- No, qué es?
- Se trata de una película sobre un tipo al que han adiestrado para matar. Le quitan un collar y destroza hasta dejar atrás la barrera del ensañamiento.
- Qué horrible!
- Pues a mi me entran ganas de hacer eso un par de veces a la semana. Tengo las esquinas de casa dobladas de descargas puñetazos.
- Deberías de tratar de tranqulizarte.
- Si estoy tranquilo. Vivo con ello. Que puedo hacer aparte?
- Dejarte de tanta ostia de confesión y fumarte un canuto.
- Sabio consejo, que Dios le bendiga padre.

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